EL CURANDERISMO
El curanderismo es una tradición curativa de Sudamérica. La curandera o curandero es similar al shamán de otras culturas, un miembro activo de la sociedad que se preocupa por el bienestar y el equilibrio de los miembros individuales de la comunidad en la que vive y trabaja. El curandero es un sacerdote así como también un consejero psicológico y espiritual.
La tradición de los shamanes
de América del Sur se basa en la transmisión personal de los conocimientos
tradicionales, los que originalmente se pasaron sólo dentro de la familia
propia del curandero, pero hoy también podrían ser pasados fuera de la línea
consanguínea. De tal manera, el flujo del conocimiento no pudo ser interrumpido
ni por la colonización.
La actividad del curandero
tiene su énfasis en el análisis de la situación energética del consultante y
luego en el tratamiento de equilibrio energético. El objetivo de su trabajo es colocar
al consultante en una mejor situación energética, limpiarlo, desbloquearlo y
cargarlo con energía positiva.
El curandero conecta su
trabajo de curación con un ritual. Al inicio de ritual el curandero crea un
espacio sagrado en el que se lleva a cabo el tratamiento del consultante. Luego
entra en trance con la ayuda de chunganas (maracas), el tarjo (su canto
individual) y baile para integrarse con el mundo espiritual.
En la fase analítica del
ritual (rastreo) el curandero junta las informaciones que le facilitan el
tratamiento. Luego continúa con el proceso de limpieza (limpia), efectúa
correcciones y concluye cargando al consultante con energía positiva
(florecimiento).
Para iniciar un ritual de
mesada, el curandero coloca sus objetos de poder (artes) en una tela (manta).
Cada curandero tiene su manera propia de llevar a cabo el tratamiento y sus
“artes” muy personales que le acompañan en su trabajo de curación. Son piedras,
conchas, varas, plantas (por ejemplo tabaco), lociones (por ejemplo agua de
florida, agua de ruda…), extractos de plantas (esencias herbales) o figuras
(santos, dioses…). Por la influencia del
cristianismo también se trata a menudo de figurines de santos o de cruces.
Parte de los “artes” del curandero son objetos de ritual procedentes de la
época pre-incaica (huacos) lo que representan las fuerzas acumuladas de los
shamanes quienes ya los utilizaron en el pasado.
Cada consulta a un curandero
es una gran oportunidad para aclarar o para mejorar la situación del
consultante. Cada trabajo de curación del curandero es una obra de arte única.
Nota de pie: Los términos que
aparecen entre paréntesis radican del español de Perú. Los términos para las
diferentes fases del ritual y para los objetos de ritual pueden variar en otros
países hispanoamericanos.
Mis conocimientos/mis
tradiciones son parte del mundo y no se pueden quedar para un determinado
grupo. Están destinados para todos los que se interesen.
Hay personas que al enseñar, por comodidad, o por negocio, han inventado niveles considerando que cada nivel tiene un precio. Los curanderos no tenemos niveles ni jerarquías. Con mis tradiciones no se comprende forjar competencia entre mis alumnos. Transmito un conocimiento ancestral, lo cual comprende también una inmensa responsabilidad.
Yo no digo que estoy formando a todos los partícipes de curanderos, solo les estoy trasmitiendo una tradición a todo el que muestre interés.
Algunas personas en mis seminarios encuentran sencillamente solución para problemas personales o un camino hacia la espiritualidad.
Otras personas cuando comienzan a participar, van descubriendo sus actitudes anteriormente subliminales y deciden seguir el camino no sólo para ellos sino también para ayudar a otros.
Es mi misión, vocación, alegría y orgullo trasmitir mis tradiciones a Uds. porque así no se perderán en el tiempo, por eso no me guardo nada y trato siempre de no olvidarme de sacar todo lo original que es, sin ponerle ni quitarle.
Tengo el afán de trasmitirles mis tradiciones de la forma más pura y autentica posible.
FILOSOFIA DE TRABAJO DE AMELIA
Hay personas que al enseñar, por comodidad, o por negocio, han inventado niveles considerando que cada nivel tiene un precio. Los curanderos no tenemos niveles ni jerarquías. Con mis tradiciones no se comprende forjar competencia entre mis alumnos. Transmito un conocimiento ancestral, lo cual comprende también una inmensa responsabilidad.
Yo no digo que estoy formando a todos los partícipes de curanderos, solo les estoy trasmitiendo una tradición a todo el que muestre interés.
Algunas personas en mis seminarios encuentran sencillamente solución para problemas personales o un camino hacia la espiritualidad.
Otras personas cuando comienzan a participar, van descubriendo sus actitudes anteriormente subliminales y deciden seguir el camino no sólo para ellos sino también para ayudar a otros.
Es mi misión, vocación, alegría y orgullo trasmitir mis tradiciones a Uds. porque así no se perderán en el tiempo, por eso no me guardo nada y trato siempre de no olvidarme de sacar todo lo original que es, sin ponerle ni quitarle.
Tengo el afán de trasmitirles mis tradiciones de la forma más pura y autentica posible.
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